El reparto de butano en España enfrentará un paro indefinido en este mes de febrero sino no se llega a un acuerdo con el Gobierno. Una situación que pone en jaque a miles de hogares.
En corto. La Federación Española de Distribuidores de Gases Licuados del Petróleo (Fedglp) han mantenido una reunión con el secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, tras la cual han decidido mantener el aviso de paro indefinido en el servicio de reparto a domicilio.
La motivación de la acción se produciría si el ejecutivo español no implementa medidas que garanticen la viabilidad del sector. Según el Fedlgp, la distribución de butano está enfrentando una gran pérdida de rentabilidad debido a que la normativa que regula el precio máximo del GLP envasado no ha sido actualizada para reflejar los crecientes costes operativos: transporte, almacenamiento, logística de distribución, inflación, aumento de costes laborales y exigencias regulatorias. Esta situación ha llevado a suspensiones intermitentes del reparto domiciliario en meses anteriores.
El inicio. La decisión final se tomará en una asamblea del Fedglp a finales de febrero. Sin embargo, los repartidores han llevado a cabo varias jornadas de huelga en noviembre y diciembre, reclamando una actualización de las tarifas que perciben por cada bombona entregada, ya que llevan más de una década sin revisarse. Estos paros afectaron a la entrega de más de 150.000 bombonas diarias, de las cuales dependen aproximadamente seis millones de hogares en todo el país.
Lejos de solucionarse. El sector ha reclamado una actualización inmediata de la normativa para ajustar el precio máximo del GLP envasado y compensar los aumentos en los costes operativos. Desde la Federación han explicado que las empresas pierden 1,80 euros por cada bombona entregada. Además, han añadido que sin una adecuación justa y equitativa de los precios regulados, el sector se ve abocado a operar en condiciones insostenibles, poniendo en riesgo la continuidad del suministro.
Pero, ¿los precios? El precio máximo de venta del gas licuado del petróleo (GLP) envasado en España está regulado por ley y se revisa de forma bimensual por la Dirección General de Política Energética y Minas, de acuerdo con la Orden IET/389/2015. Esta regulación afecta a envases con una carga igual o superior a 8 kg e inferior a 20 kg, con tara superior a 9 kg. El precio máximo incorpora el coste del suministro a domicilio.
¿Y qué dice el Gobierno? Hasta el momento, el Ejecutivo, representado por el secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, ha mantenido reuniones con la Fedglp para abordar la situación. Sin embargo, aún no se han anunciado medidas concretas para actualizar la normativa y atender las demandas del sector. La falta de una respuesta concreta por parte del Gobierno español ha llevado a los distribuidores a mantener la amenaza de un paro indefinido en el servicio de reparto a domicilio.
Impacto en los consumidores. La falta de una solución afectará a miles de hogares que dependen de este servicio. Además, muchas personas necesitan que les lleven la bombona a casa ya sea por movilidad reducida o edad.
Sin embargo, en paros anteriores, las bombonas seguían estando disponibles en establecimientos autorizados. No obstante, para tener una información más actualizada cuando esto ocurra la recomendación sería contactar directamente con los puntos de venta locales o las empresas distribuidoras.
Un futuro incierto. Con la posibilidad huelga en el reparto y la incertidumbre sobre las medidas del Gobierno, el abastecimiento de butano en España queda en el aire. Si no se encuentra una solución en las próximas semanas, miles de hogares se verán afectados por la falta de suministro.
Imagen | Riki Ferrer (Flickr)
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13 comentarios
alphos2000
Yo no se en vuestro barrio, pero en el de mis padres nunca llevan los repartidores la bombona regulada. Siempre llevan la otra, la libre de precio, y cobran lo que les sale de las narices y claro, mis padres de 80 años no pueden quedarse sin bombona y al final no les queda más remedio que tragar, con el repartidor encima resoplando porque no le dan propina porque siempre pide más de lo que valen porque se lleva él un sobre precio y tima a todo el que puede llevándose doble propina.
Jamás cuando traía la regulada cobró el precio oficial cuando venía. Siempre le metía dos euros más y se inventaba mil razones y excusas para cobrar lo que a él le parecía.
antoniojosegarciajimenez
Me hace gracia lo de trabajamos a pérdidas.... Claro son una ONG, como las discográficas con la piratería... Y que ni un periodista analice con un mínimo de rigor las cifras que dan... Pero claro eso va en contra del clitbait del titular
Mikke
Las botellas a domicilio deberían ser para personas mayores o de movilidad reducida, el resto a la gasolinera mas cercana.
Sobre el coste, pues que suba, a perdidas no debe trabajar nadie, y menos un servicio que ya no es esencial, todo el mundo tiene electricidad, y con esta puedes calentarte, cocinar, acs y etc.
Depender del gas en el domicilio a través de una botella repartida es del siglo pasado, debe quedar el gas canalizado y el de botella en las gasolineras o autorizados.
juliux23
Menudo título tan sensacionalista "El fin de una era en el butano" Si, seguro que 6 millones de votantes se van a quedar sin el servicio y Repsol y Cepsa van a mandar al carajo un negocio tan lucrativo.....
quiksilver22
El próximo paso es prohibír calentar el agua con butano en los hogares individuales. Tal y como ya tiene fecha de prohibición las calderas de la comunidades, que produzcan CO2. La transición energética…
eslax
A ver, por una parte si realmente trabajasen a pérdidas, no moverían ni el camión. Así que no seáis cínicos, ninguna empresa privada trabaja a pérdidas jamás, puede que lo hagan alguna vez para aplastar a su competencia y ganar cuota de mercado, que no es el caso para los butaneros.
Otra cosa es que los precios que fije el gobierno sean inasumibles. Pues nada, que dejen de ofrecer la bombona regulada, pero que no lloren porque aquí hay algo que no están contando.
laurisilva
El precio congelado hace diez años? Sube mínimo un euro al año. Si hay ola de frío, además sube otro euro en plena ola (época en la que, además, desaparecen un par de semanas. Más de una vez he tenido que hacer 2,5 km y otro tanto de vuelta con un carro a la gasolinera más cercana). En los últimos 10 años prácticamente se ha duplicado el precio.