Renfe sigue sin poner la multa de 166 millones a Talgo en plena negociación con Sidenor
El operador anunció en marzo una demanda de 166 millones de euros al fabricante por los retrasos de los trenes, que puede ser disuasoria para una oferta en firme
José Antonio Jainaga, un navegante ideal para los intereses de Talgo
Talgo ya ha comunicado al mercado que negociará su venta a la siderúrgica

Renfe aguarda a los aspirantes a comprar Talgo con una multa histórica de 166 millones de euros que podría ser disuasoria para la llegada de una oferta en firme, en un momento en el que la siderúrgica vasca Sidenor estudia lanzar una opa por la compañía ... . El Gobierno ya ha mostrado su apoyo público a la posible oferta de la empresa presidida por José Antonio Jainaga, a sabiendas de que la sanción patrocinada por el ministro de Transportes, Óscar Puente, puede ser disuasoria para la misma.
Y esto ocurre cuando las conversaciones para que Talgo quede en manos españolas van por buen camino. Ayer, el consejo de administración del constructor ferroviario anunció que se sentará a negociar con Sidenor para explorar «una posible transacción» que podría implicar la llegada de una opa. Así se lo trasladó el constructor ferroviario a la CNMV, menos de una semana después de que la siderúrgica vasca admitiera su interés por presentar una oferta «parcial o total» por la empresa. El comunicado lanzado ayer al supervisor bursátil habla de iniciar negociaciones que podrían implicar la adquisición «de un porcentaje significativo del capital social de la sociedad o de su totalidad».
En el Gobierno gusta Sidenor, pero saben que el asunto de la multa puede ser un factor crucial en las negociaciones, ahora que por fin parece que han encontrado a un inversor nacional con verdadero interés por el fabricante de trenes. Tras el veto a la opa de 620 millones de la húngara Magyar Vagon, el Gobierno ha asumido el cargo de velador de la operación por la urgencia que tiene el fabricante de trenes para encontrar un inversor y la prisa que tiene su accionista de referencia, el fondo británico Trilantic, por salir de la compañía. Lo que hace que en el mercado no se descarte una negociación de la quita de la sanción o una reducción de la misma, también por la posibilidad de que el propio Estado a través de la SEPI participe en la operación.
Son dos las reclamaciones que la empresa tiene pendientes de interponre contra Talgo, todas ellas relacionadas con la entrega de los nuevos trenes de la serie 106, popularmente conocidos como los Avril. La más grave de ellas tiene que ver con los retrasos en la entrega de estas locomotoras, que es la razón por la que Renfe exige 166 millones de euros a su principal proveedor, ya que hasta el mes de mayo no pudo echar a rodar los convoyes en las líneas a Galicia y Asturias.
El caso es que esta multa se hizo pública en el mes de marzo, tan solo un día después de que el consorcio húngaro lanzara la opa por el 100% de Talgo, en lo que fue un claro recado a la parte interesada, a la que el Gobierno siempre trató de espantar durante los seis meses en los que se mantuvo la oferta hasta que el Consejo de Ministros la tumbó el 26 de agosto por «razones de seguridad nacional y de orden público».
Pero una vez con los magiares fuera del tablero, la operadora pública sigue sin poner la multa al fabricante de trenes. Fuentes cercanas a este asunto aseguran que la demanda aún no ha sido presentada, pero que la intención es la de hacerlo próximamente; detallan que la fase de conciliación con Talgo ya está concluida y durante la misma no se consiguió llegar a ningún tipo de acuerdo. Ahora, explican, la demanda sigue los cauces administrativos y debe ser aprobada por el consejo de administración de la empresa pública, que en último termino depende del ministro Puente
Incidentes del verano
Sobre las otra reclamación, que tiene como motivante a las averías sufridas por los trenes durante sus primeros compases de funcionamiento, aún no existe detalle económico. Fue el propio Puente el que anunció la demanda el pasado mes de agosto en el Congreso de los Diputados. En ese momento, el exalcalde de Valladolid aseguró que ya se había iniciado una acción de reclamación por daños y perjuicios contra Talgo por los distintos incidentes protagonizados por los nuevos trenes, y que esta ya se encontraba entonces en fase de estudio «y a la espera de recabar los datos necesarios».
En total, son 22 de los 30 trenes encargados en 2016 por el Ministerio de Fomento de Iñigo de la Serna, -Talgo se impuso en la licitación a Alstom, CAF y Siemens con un precio de adjudicación de 1.300 millones que incluye el manteminiento de los convoyes durante 30 años- los que Renfe ya ha podido poner en circulación. Lo que denunciaba la empresa pública y el Ministerio de Transportes es que hasta agosto solo pudieron poner 11 de ellos en marcha y estos dejaron una ristra de incidencias que provocaron numerosos retrasos en los servicios. Según desgranó el ministro, en la misma intervención en la que remarcó que «España vive el mejor momento ferroviario de su historia», la puntualidad de los servicios de Renfe fue del 76% entre mayo y agosto, mientras que la mitad de los Avril llegó con retraso a destino durante el mismo periodo.
Mejora del mantenimiento
Como plan de choque, Renfe envío durante la época estival a personal propio a supervisar las operaciones de mantenimiento a Tarvia, la sociedad dedicada a la conservación de trenes que el operador comparte con Talgo. También a los servicios más complejos se brindaron con personal de Renfe experto en los trenes del constructor ferroviario español. Una medida que se seguía ejecutando este mes, según aseguran a este periódico fuentes cercanas a Renfe.
Con todo, el operador ferroviario del Estado sigue esperando a que Talgo le entregue los ocho trenes restantes del macropedido con el que Renfe también pretende entrar en el AVE a París, un hito que ha vuelto a retrasarse hasta entrado el próximo año 2025.
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